Entendiendo
el termino reestructuración, según la RAE (Real Academia Española), lo
definiría como “Modificar la
estructura de una obra, disposición, empresa, proyecto, organización, etc.” Con
lo cual se pudiese decir, que reestructuración sería como un acomodamiento en
la estructura. Ahora bien, ligándolo en el sistema de la familia, hablaremos de
un ajuste, acomodamiento a la estructura en ella, la cual sería a nuestro
parecer, la base del sujeto. Pues es allí donde el sujeto empieza a
fortalecerse.
Salvador Minuchin, define la estructura como
las demandas o códigos que organizan la manera en la que los miembros de una
familia interactúan. El terapeuta lidera y se enfoca en toda la familia,
considera la influencia de los sistemas jerárquicos y analiza el funcionamiento
de los subsistemas que conforman a la familia.
Las operaciones de reestructuración, son
aquellas intervenciones hechas por el terapeuta, en las que toda familia que
intente lograr un cambio debiese enfrentarse, pues representan un desafío
dentro de este sistema, Pues el terapeuta utiliza su posición de líder, para
plantear estos desafíos y que la familia se acomode a ellos, y así poder lograr
dicho objetivo de cambio. Estas operaciones hacen que el terapeuta se vincule
con la familia y sea una coparticipación en lo que sucediese una vez inicien
sesión terapéutica.
Hay una
estrecha relación entre operaciones de
reestructuración y operaciones de unión, pues la una depende de la otra y
viceversa, es decir, sin unión no hay terapia, pero sin reestructuración no se
logrará obtener unión satisfactoria en la familia. “Al utilizar operaciones de
unión con fines de reestructuración, el terapeuta utiliza el propio movimiento
de la familia para impulsarla en la dirección de las metas terapéuticas”
(Salvador Minuchin, Estructura Familiar, Pág. 204).
Estas
operaciones de reestructuración constituyen aspectos sobresalientes de la
terapia. Cuando la unidad terapéutica está sólidamente constituida, las
operaciones de reestructuración deben proyectarse de tal modo que permitan
periodos de consolidación y de reagrupamiento a medida que la familia cambia. (Salvador
Minuchin, Estructura Familiar, Pág. 205)
Las tareas
fundamentales del terapeuta a la hora de unirse a la familia, son las de:



Si el
terapeuta cede a la presión de la familia, está cayendo en la pérdida de
autoridad y liderazgo frente a aquella familia.
Algunas
técnicas utilizadas para las operaciones de reestructuración son:
I.
CAPTAR LAS PAUTAS TRANSACCIONALES DE LA FAMILIA
Para entender esta técnica, hay que entender primero que es una Pauta
transaccional, y son aquellas que regulan la conducta de los miembros
de una familia, manteniendo el sistema familiar, haciéndolo resistente a los
cambios; en conclusión aquellos roles que están establecidos y ejercen su
control sobre el funcionamiento de dicha estructura.
Ahora bien, el terapeuta a medida que va avanzando la sesión, debe de
investigar y saber captar las pautas transaccionales existentes en la
estructura familiar, para ello utiliza como herramienta el rastreo, es decir, no quedarse sólo con la
autodescripción que hace la familiar verbalmente, sino aquel lenguaje no verbal
existente en ellos que es el que confirmará o contradirá lo que la familia
expresa verbalmente.
Dramatización de las pautas
transaccionales: El
terapeuta para poder visibilizar las pautas transaccionales, se enfocará en un
juego de roles que hará descubrir dichas pautas, él debe de incitar a la
familia a que en presencia suya, actúen de la forma en que lo hacen cuando
están en una situación de conflicto, para así reflejar la forma de solucionar
problemas, en que se apoyan mutuamente, forman alianzas o propagan stress. Esto
con la intención de que el terapeuta vea en realidad, el funcionamiento de la
familia, y desde el punto de vista de la familia, ayuda a que ellos
experimenten sus propias transacciones con mayor conciencia.
Recreación de los canales: Esta técnica va ligada a que el
terapeuta sea capaz de estimular en la familia dentro de la sesión, la
comunicación, es decir, insistir en que para que haya una buena terapia, se
debe de hablar, es allí donde la familia, entenderá y aceptará que debe de
hablar, como regla básica, para su reestructuración. Pues a través de la
comunicación, se hará una transportación de contenidos, es decir, con este
medio, la familia enviará el mensaje que se quiera llevar a los otros miembros.
Manipulación del espacio: En el primer momento en que una
familia va a una sesión, hay un pequeño pero importante indicio de su
estructura, de sus alianzas y conflictos, pues en el orden y lugar en que se
sientan, reflejan al terapeuta este tipo de cosas, con lo cual él debe de estar
atento en observar. Una vez se defina esto, el terapeuta entrará a manipular
ese espacio, es decir, la forma en que se ubicaron, cambiará en el modo en que
el terapeuta lo considere conveniente, oportuno y como un factor estimulante
que hará que salga a flote cualquier tipo de desequilibrio y que ayude a
fomentar y reforzar la comunicación.
II.
SEÑALAMIENTO DE LOS LÍMITES
El objetivo de esto, es lograr que en la familia se genere una
permeabilidad de límites, es decir, que haya una adaptación, aceptación o
acogimiento de los límites, respetándolos claramente.
Dependiendo del tipo de familia, el terapeuta hará un reajuste de los
límites, por consiguiente, si la familia tiene una estructura de tal unión que
se forma uno solo, el señalamiento de límites permitirá una individuación entre
los miembros de ésta, para clarificar
dichos límites. Si por lo contrario es una familia que se encuentra en un modo
de desligamiento, ésta técnica funcionará como unión de estos miembros,
facilitando el apoyo y la orientación de la familia.
Límites de los subsistemas: Al igual que en una estructura
familiar como sistema deben existir límites, aplica para los subsistemas dentro
de ésta, como lo son la relación conyugal, subsistemas de hermanos, subsistemas
padres – hijos. Esto con el fin de delimitar las pautas transicionales, y que
exista la claridad entre los miembros de que los problemas o asuntos de un
subsistema no deben intervenir en otro subsistema. Esto también ayuda en la
individuación, privacidad, y respeto por los demás a nuestro parecer.
III.
INTENSIFICACIÓN DEL STRESS
El stress es un factor que aparece en dinámica familiar, cuando hay un
desequilibro, fomentando la desestructuración en dicha dinámica. Generalmente
la familia es incapaz de optar por formas diferentes de relacionarse, es ahí
donde el terapeuta debe indagar en todas las conductas alternas que le brinda
la familia. Lo importante que debe hacer el terapeuta es lograr indagar en esa
familia, su capacidad de reestructurarse, indagar el nivel de flexibilidad que
la familia posee para crecer con su ayuda.
Bloqueo de pautas transaccionales: Este mecanismo es el más recurrente
del terapeuta por su simplicidad, pues consiste en bloquear el flujo de
comunicación que existe en esos canales definidos por la estructura de la
familia, pues si el terapeuta logra bloquear ésta vía, se notará el estrés
causado y allí causará una situación en que ellos deben de buscar cómo
solucionarlo. Esto ayuda a que haya una mejora en el mecanismo de comunicación.
Acentuación de las diferencias: Consiste en que el terapeuta, a
través del discurso y la dinámica en que se viene moviendo la familia en la
sesión, considere y emplee un mecanismo para ocasionar estrés en ellos, pues
toma y señala aquello que la familia ha ocultado, pues es eso lo que genera
diferencias en el sistema, y es eso lo que el terapeuta toma como elemento para
indagar y enfocarse en ello.
Desarrollo del conflicto implícito: El terapeuta debe identificar si la
posición de los miembros de la familiar, corresponde a una especie de
“maniobra” para desviar su “responsabilidad” en la situación, o para evitar el
contacto con ello, y evitar el conflicto, pues cuando esto sucede, él debe
hacer que dicho miembro entre en contacto con lo que le huye, para empezar a
reestructurar.
Unión en alianza o coalición: una de las estrategias del terapeuta
para moverse y hacer que fluya el estrés en la familia, es hacer una “pequeña
alianza” con algún miembro o subsistema, por lo general suele hacerlo con aquel
que identifique que ha sido en cierto modo “excluido” del sistema, como también
pudiese hacerlo temporáneamente entre todo el sistema; la alianza es de forma
planeada, cuidadosa, es decir, el terapeuta debe de buscar la manera y el
momento de hacerlo, para generar una coalición, que es algo provocado con un
propósito. En este caso, pudiésemos pensar, que el propósito es hacer que fluya
el verdadero conflicto que existe en el sistema, como una especia, de desenmascararlo
para poder abordarlo posteriormente.
IV.
ASIGNACIÓN DE TAREAS
Las tareas son recurrentes porque representan un área que en el sistema
se debe de trabajar para comprender.
Dentro de la sesión: Las tareas dentro de la sesión,
tienen una relación con la manipulación del espacio, pues el terapeuta indicará
que es allí donde debe de haber un diálogo entre los subsistemas afectados. Funciona
como petición del que lidera la sesión, en este caso, el terapeuta, utilizándolas
para sugerir cambios, sin dejar de un lado, y haciendo notar, que es él, quien
fija las reglas dentro de la sesión.
Deberes: Los
deberes son utilizados por el terapeuta como mecanismo para que la familia
pueda responder de igual forma, pero dentro de su hogar.
Éste mecanismo representa ventajas a nivel de que se puede lograr encarar
la estructura, las pautas transaccionales. Siendo una posibilidad de que con
ellas, se puede ir en camino a la reestructuración, y verificar la flexibilidad
con la que posee la familia.
V.
UTILIZACIÓN DE LOS SÍNTOMAS
El terapeuta debe lograr identificar los síntomas y su prioridad, es
decir, si el síntoma representa algún tipo de “peligro” para quien lo padece o
para el sistema en general, debe considerarse prioridad. De lo contrario, el
terapeuta tomará el individuo que posee el síntom como aquel a quien ha recaído
el problema como tal, y de tal manera poder enfocarse en dicho problema.
Enfoque centrado en el síntoma: El síntoma en el paciente
identificado, representa una pequeña concentración de estrés, es decir en quien
recae la problemática. Si se trabaja con este síntoma, se puede llegar a
empezar a trabajar de una forma rápida para llegar a diagnosticar y modificar
las pautas transaccionales que aparecen de forma disfuncional dentro de la
dinámica del sistema familiar.
Exageración del síntoma: Como un mecanismo para lograr la
reestructuración, este modo, considera en que el terapeuta debe reforzar
aquellos síntomas en el paciente identificado, a fin que tanto él, como su
familia, puedan desmantelar el síntoma e identificar y empezar a trabajar la
problemática como tal.
acentuación del síntoma: El terapeuta brindará la ayuda para desenmascarar el síntoma, y enfocarse en la razón, u origen de dicho síntoma, es decir el problema como tal, para enfatizar en las áreas necesarias y que demandan una reestructuración.
Adopción de un nuevo síntoma: Este mecanismo refiere que en el abordaje del
síntoma para tratar la problemática como tal, se identificará y desplazará el
síntoma, en otro paciente que antes no se había identificado.
Reetiquetamiento del síntoma: Consiste en “renombrar” “redefinir” o
relocalizar” el síntoma, es decir, lo que aparece como síntoma, no considerarlo
como aparece, sino en cierto modo, buscarle otra explicación, así pudiese hacer
que en el sistema se abran nuevos caminos, o se despierte mayor flexibilidad.
Modificación del afecto del síntoma: En cierto modo, sería buscar que el
sistema adopte una posición más comprensiva con el sujeto que padece el
síntoma, y por consiguiente con el síntoma como tal.
VI.
MANIPULACIÓN DEL HUMOR
El afecto que acompaña a las transacciones familiares, son alguno de los
indicios que determina la conducta del terapeuta, pues si bien algunas familias
tuviese un afecto un poco negativo, deprimido, habrán otro a los que el humor
les caracterizará.
Esto determinará la posición que adopte el terapeuta y con lo que
empezará a emplear en el sistema, pues pudiese actuar de forma diferente al que
se denota en el sistema, o de mayor intensidad.
VII.
APOYO, EDUCACIÓN, GUÍA
El terapeuta deberá ofrecer este tipo de ayuda al sistema familiar, como
mecanismo que les brindará poder realizar una reestructuración, en ocasiones
deberá ejercer cierto mecanismo de enseñanza, para que se logre dicha reestructuración.
A su vez tendrá que intervenir y optar un rol de modelo para introducirse en la
dinámica del sistema, pero luego lo dejará lentamente, servirá de ayuda y
ejemplo de como lograr el objetivo.
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